Técnicas de aprendizaje cooperativo
Aprendizaje entre iguales
Basada en la creación de parejas de alumnos con una relación asimétrica (el rol de tutor y tutorado derivado del diferente nivel de competencia sobre la materia) y un objetivo común, conocido y compartido (la enseñanza y el aprendizaje de contenidos curriculares) que se consigue a través de un marco de relación exteriormente planificado.
Las actividades y tareas tienen que ser significativas y vitales, deben conectar con las necesidades de los alumnos. Esto significa que las actividades han de responder a los que los maestros creen que los alumnos necesitan, han de conectar con su situación, su edad y sus conocimientos de partida. Significa esto también garantizar el sentido de lo aprendido (Gimeno, 2001). En última instancia se logra así que las actividades en sí mismas sean un recurso para atender a las necesidades de los alumnos. Para ello tienen que ser:
- Accesibles. Tienen que suponer un aprendizaje progresivo y continuado que se construye desde la propia realidad del alumno, pero que a la vez tiene que ser relevante para su aprendizaje. Bajar el nivel de exigencias no es evidentemente una forma de plantear la inclusión.
- Útiles. Las actividades y tareas del currículo tienen que ser útiles también a corto plazo, de cara a los alumnos, bien para construir otras nuevas aprendizajes, bien para acceder a opciones o planteamientos determinados. Los contenidos de aprendizaje deben también tener en cuenta el carácter dinámico de lo que hace falta para vivir y trabajar satisfactoriamente en una comunidad (el centro de atención es pues en última instancia cómo aprender)
- Atractivas. No hay duda que, la mejor forma de aprender para todos es aquella que sumerge y atrae a los alumnos. Gimeno (2001) ha señalado que no se trata de poseer, de acumular conocimientos, sino de la posibilidad de hacer algo con ellos, de apropiárnoslos.
Entre otras características, las tareas que se propongan tienen que ser significativas, experimentales y atractivas. Fuente: CEIP Virgen de Navalazarza.
- Experimentales. La experiencia vital, la participación en aquello que se aprende, la responsabilidad en el propio proceso de aprendizaje son características que ayudan a desarrollar una enseñanza más eficaz para todos.
- Acompañadas. Las tareas y actividades que contemplan el aprendizaje en grupo, la ayuda mutua, la cooperación entre compañeros, son también un fuerte acicate para promover el aprendizaje de todos los alumnos y para que los alumnos e responsabilicen unos a otros sobre el necesario proceso de aprendizaje da cada uno y del grupo.
- Reflexivas. Tareas y actividades deben incorporar la reflexión conjunta e individual tanto sobre lo que se aprende como en relación con lo que se aprende. La coordinación de contenidos de manera vertical (los aprendidos a lo largo del curso) y horizontal (los aprendidos simultáneamente pero enseñados en distintas materias o por distintos profesores) ayudará a favorecer procesos de aprendizaje reflexivos que faciliten en los alumnos un acceso crítico del conocimiento.
- Con repercusión social. El reconocimiento externo de la valía o mérito de cualquier actividad es una vía muy clara para la inclusión social. Dado que la aprobación y estima social tienen un gran poder de influencia sobre el aprendizaje, se pueden convertir en una importante guía para la inclusión.
- Que utilicen todos los recursos a mano. No sólo las nuevas tecnologías son útiles como recurso para el aprendizaje, cualquier apoyo, material o medio de la vida cotidiana (incluso los materiales construidos por los propios alumnos) se puede convertir en el mejor instrumento (por su cercanía y significado) para estimular el aprendizaje de los alumnos.
- Colectivas y solidarias. Ya hemos señalado que potenciar un tipo de tareas que no sean competitivas ni selectivas, sino cooperativas se convierte en un instrumento importante para el aprendizaje desde una óptica inclusiva. Si los alumnos aprenden a aprender, probablemente desarrollarán en el futuro las actitudes y los compromisos necesarios para oponerse a cualquier forma de enseñanza o sociedad pensada sólo para unos cuantos.
En definitiva, podríamos plantear que las características que hemos mencionado contribuirán a la mejora de la educación para todos los alumnos y las alumnas.
Veamos ahora cuáles son los elementos claves o condiciones indispensables de la tutoría entre iguales:
- Planificación cuidadosa: dado que se trata de una innovación educativa, habrá que prever la necesidad de informar bien al resto de profesorado, al alumnado y en algunos casos a madres y padres.
- Preparación de materiales.
- Estructura de relación tutor-tutorado: al menos en las primeras experiencias es imprescindible optar por una interacción entre las parejas altamente estructurada.
- Formación del alumnado en roles respectivos: precisamente la existencia de un guión de interacción permitirá formar a los alumnos en las funciones que se derivan de sus roles.
En la tutoría entre iguales los alumnos deben conocer cuáles son las funciones de su rol (tutor o tutorado). Fuente: www.escuela2.es
- Dar tiempo para asentar la relación: las parejas necesitan tiempo para aprender a funcionar.
- Ofrecer retroalimentación de los progresos: hay que fomentar que los alumnos tutores destaquen los progresos de los compañeros tutorados. El profesorado a su vez deberá destacar que estos progresos son el fruto del esfuerzo del tutorado, pero también de la valiosa ayuda del tutor.