¿Cómo trabajan?
Grupos de Apoyo entre Profesores
Los Grupos de Apoyo entre Profesores, (GAEP) (Parrilla y Daniels, 1998; Gallego, 2002 son estructuras de apoyo creadas por los propios profesores dentro de los centros, para dar respuesta a la diversidad de necesidades de alumnos y profesores. Consiste en la creación de pequeños grupos de compañeros y compañeras de un mismo centro que, colaborativamente trabajan sobre problemas planteados por sus colegas.
El grupo recibe demandas de profesores individuales que voluntariamente solicitan su ayuda y junto a ese profesor colabora en el análisis y comprensión del problema planteado, así como en el diseño de propuestas de intervención adecuadas a las dificultades identificadas. Los profesores que se dirigen al GAEP reciben ayuda para definir el problema, considerar posibles alternativas, y probar estrategias prácticas.
A continuación, se enumeran una serie de recomendaciones para poner en marcha un Grupo de Apoyo de este tipo, recogidas por Parrillas y Daniels (1998):
- Normalmente tres profesores del centro componen el núcleo básico del grupo. Sin embargo, si el grupo lo cree necesario puede solicitar temporalmente la participación de algún profesional del apoyo externo, el asesoramiento de otros profesores el centro, o de los propios padres.
- Los grupos se reúnen con una periodicidad semanal o quincenal con el profesor que hace una demanda de apoyo, siendo las reuniones de aproximadamente 45 minutos.
- Suele trabajarse en un único caso por reunión, ya sea un nuevo caso o un seguimiento. Y al menos que se dé por concluido el trabajo, se acuerda una fecha de seguimiento que tiene como finalidad principal la revisión de la situación con el profesor que ha hecho la demanda.
- Para facilitar el trabajo de seguimiento y llevar un registro de las reuniones, los GAEP toman y guardan notas confidenciales sobre los casos que van afrontando.
- Por su orientación institucional, la filosofía, planteamientos y desarrollo práctico de los GAEP exigen el apoyo de los profesores y dirección del centro. No pueden iniciarse y mucho menos desarrollarse sin la aceptación y colaboración de los compañeros.
- Para que los grupos de apoyo entre profesores puedan desarrollase con éxito es preciso que los profesores tengan una idea clara del tipo de problemas de enseñanza que podrían ser planteados. En la práctica las demandas tienen muy a menudo que ver con problemas de conducta, sobre dificultades de aprendizaje, etc.
Desde inicio de los 90 los GAEP trabajan para dar respuesta a las necesidades del alumnado y los docentes. En la imagen, equipo de apoyo de los colegios Blas Infante y Europa (Sevilla). Fuente: Cuadernos de pedagogía. Nº 270. Carmen Gallego.
La docencia compartida
Constituye un tipo de organización en la que dos docentes trabajan conjuntamente con el mismo grupo-clase. Habitualmente se habla del profesor de aula (el profesor responsable de la materia) y el profesor de apoyo (puede ser un profesor responsable de la atención a la diversidad o cualquier otro profesor dispuesto a apoyar en el aula). Los profesores, al igual que otros profesionales, aprenden a partir de la interacción con otros colegas, y además la colaboración entre ellos se convierte en una herramienta imprescindible para favorecer una práctica reflexiva, un recurso esencial para alcanzar la máxima eficacia docente.
La docencia compartida favorece la reflexión sobre la propia práctica docente y fomenta la eficacia del proceso educativo. En la imagen dos profesores trabajan en un aula de la Escuela Rural de Pastrana. Fuente: www.elpais.com
Es importante que las finalidades y las tareas conjuntas sean claras y asumidas por los participantes, y así mismo, relacionadas con las propias necesidades profesionales. A la vez, los profesores deben tener una disposición a interactuar y a asumir compromisos, y se deben establecer unas estructuras básicas que permitan dinamizar la docencia compartida.
A continuación, se presenta una tabla con las posibles decisiones que habrían de tomar para que resulte eficaz la docencia compartida.
Tabla 3. Decisiones que deben tomar los dos profesores que participan en la docencia compartida (Durán y Miquel, 2003)
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Antes de iniciar la docencia compartida |
Durante el desarrollo de la docencia compartida |
Al finalizar el período de docencia compartida |
Funciones y necesidades |
¿Quién gestionará el aula y de qué manera? |
¿Las funciones de cada profesor son las adecuadas? |
¿Las funciones planificadas para cada uno han sido las adecuadas? |
Coordinación |
¿Cuántas veces y en qué horario nos vamos a coordinar? |
¿Las reuniones de coordinación nos son útiles? |
¿Nos hemos reunido y hemos tenido el tiempo necesario para hacer el seguimiento de nuestro trabajo? |
Evaluación |
¿Qué aspectos vamos a tener en cuenta para valorar el progreso del alumnado?
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¿Todos los alumnos del aula van progresando? |
¿Todos los alumnos del aula han podido progresar? |
Observación Mutua
Como su nombre indica, esta técnica consiste en observar a un compañero impartir clase, o una actividad. Esto se puede hacer en situaciones naturales (es decir, que entre a su clase) o a través de grabaciones de video.
A veces existe una gran diferencia entre lo que los docentes piensan y explicitan que hacen en clase y lo que realmente hacen, tanto en sentido positivo como negativo. Así que esta técnica es una oportunidad muy valiosa para conocer en mejor medida nuestra propia práctica.
Para que esta técnica resulte provechosa es necesario establecer unas condiciones precisas y asumidas por ambas partes, como:
- El objetivo de la observación (docencia, manejo de alumnos, un caso particular, etc.)
- Confidencialidad de la información.
- Reciprocidad de observación.
A través de estas iniciativas lo que se busca es generar un proceso de reflexión individual y grupal que lleve al profesorado a hacer visible lo que a fuerza de hacerse familiar en las rutinas y concepciones se ha convertido en normal y por, lo tanto, en invisible para el docente.