Conocer el lenguaje del cine
Algo pasa con Mary, 1998. Farelly
Luces de la ciudad. Chaplin
Un lugar llamado milagro

Para comprender cualquier lenguaje hemos de conocer sus códigos, reglas y vocabulario y es evidente que lo manejaremos mejor cuanto mayor sea ese conocimiento. Sin embargo, con el cine pasa algo parecido a lo que ocurre con el fútbol, que cualquiera puede tener opinión por el mero hecho de ser espectador (aunque los más aficionados conocen y discuten las reglas). Todos admitimos sin rubor que no entendemos determinada teoría científica o que no hemos podido comprender un libro de filosofía o sociología por desconocer buena parte de la terminología utilizada (incluso admitimos no entender de temas como pintura o música) pero oímos que apreciar o no una película "es cuestión de gustos".

En cualquier caso, el cine ha ido formando su propio lenguaje, diferente del resto de las artes. Para comprender, degustar y gozar de una película hay que dominar las normas (cambiantes) del lenguaje cinematográfico e ir ampliando día a día nuestros conocimientos. Para poder comprender determinadas películas necesitaremos bastante nivel de conocimiento y experiencia. Lo anterior no implica que los espectadores poco cinéfilos sean analfabetos audiovisualmente hablando. Cualquier espectador europeo comprende de forma intuitiva, en base a su experiencia fílmica personal, las bases del lenguaje fílmico convencional: las elipsis temporales, los planos que cortan la figura humana, e incluso recursos aparentemente tan sofisticados como el flash-back o la voz en off (frente a ese "hábito de espectador", es conocida la experiencia de realizar una proyección en una aldea selvática donde no conozcan el cine, y el terror que suscita en esas personas el ver primeros planos: cabezas cortadas que hablan). El cine no hablado (el cine nunca ha sido mudo, ya que se acompañaba de música y de algún narrador) dio origen a un lenguaje estrictamente visual que era más universal. Seguramente el personaje de Charlot gozó de una vigencia internacional e intercultural que el cine sonoro, cargado de referencias culturales y sometido a doblajes no siempre fieles, no puede alcanzar entre la mayoría de los espectadores del mundo (recuérdese la dificultad de traducir los juegos de palabras de los Hermanos Marx o películas de habla inglesa en las que hay personajes que hablan en español como "Un lugar llamado Milagro" (1988) de Robert Redford.

Con todo, el conocimiento del lenguaje no eliminará nunca la arbitrariedad del espectador, porque analizar no es describir y comentar, es ante todo, como señala Ramón Carmona, valorar. Aquí tenéis acceso a lo aspectos formales de la Narrativa fílmica (espacio, tiempo, montaje) y en el apartado Modelos de Análisis de un Film, encontraréis algunas claves sobre los diferentes niveles de lectura, pero hay que incidir en que el lenguaje fílmico tiene un alto valor simbólico, ya que abundan las metáforas, las hipérboles, las metonimias o las sinécdoques. La polisemia de las imágenes y, sobre todo, la combinación de las mismas son parte esencial del lenguaje cinematográfico y precisan, además de un conocimiento del lenguaje formal, de un hábito de análisis y de conocimientos externos (simbología del tema tratado y simbología general además de ciertas referencias a obras cinematográficas anteriores), desde el significado de los colores a referencias literarias o mitológicas.

Sinécdoque en El Acorazado Potemkin, de Eisenstein. La parte por el todo, que aquí representa el poder ciego, la violencia... Metonimia en Ciudadano Kane, de Welles. Un detalle, incluso un color, puede evocar una idea. Aquí se sugiere el transcurso del tiempo y los hechos con la caída de Susan y del propio Kane. Metáfora en Un perro andaluz, de Buñuel. Imagen compleja en la que la mano puede representar la persona, el alma..., y las hormigas su estado insano a la vez que un juego de palabras visual (mano con hormigas = dormida). Se podría pensar en el insconsciente y en el decaimiento de los personajes.

La necesidad de profundizar en la alfabetización fílmica es, un elemento imprescindible del sistema escolar porque, con frecuencia, en el cine lo fundamental no se ve, como le decía el zorro al Principito en la famosa obra de Saint-Exupéry: "lo esencial es invisible a los ojos".