Las últimas reformas de las Enseñanzas no universitarias
han venido haciendo hincapié en la importancia de las facetas
no evaluables de los procesos de enseñanza y aprendizaje:
temas transversales, curriculum oculto, educación integral,
tutoría y orientación,...
En el apartado Cine y Conflictos hablamos de su relación
con el cine pero querríamos, de forma breve, añadir
este tercer factor a la hora de comentar los criterios de selección
de películas para trabajar en el aula. La forma de abordar
los temas transversales en el proceso educativo varía mucho
entre centros y profesores. Mientras sectores importantes del profesorado
creen que debe ligarse a los aprendizajes curriculares, otros piensan
que la mayoría de esas líneas transversales no atraviesan
sus áreas académicas y que deben ser abordadas en
sesiones específicas: tutorías, sesiones de orientación,
cursillos específicos (educación vial, sexual, para
la salud) o actividades extraescolares. El cine, con sus diferentes
niveles de lectura y comentario, puede ayudar a acercar ambas posturas
al permitir, de forma simultánea, abordar un tema relacionado
con el área del profesor y uno (o varios) de carácter
transversal. Algunas campañas para jóvenes (tráfico,
drogas, educación para la salud) se apoyan en medios audiovisuales
pero su carácter excesivamente sermoneador les resta a veces
algo de eficacia. El cine, por su carácter emotivo y su discurso
indirecto, nos puede rendir excelentes servicios en estos temas.
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