Historia > Autores > Luchino Visconti
Ossesione La terra tremaSenso Boccaccio, 1963 El Gatopardo. Muerte en Venecia.

Crítico Cronista de lo Humano

Visconti estuvo marcado de principio por su origen aristocrático y por haber sido ayudante de dirección de Jean Renoir en cuatro películas. A lo largo de toda su producción, Visconti ejerció de voraz analista de la condición humana, tratando aquellos temas que más le preocupaban, como la soledad, la incomunidación y la decandecia del hombre y de la sociedad.

Ya en Ossesione (1942), personal adaptación de El cartero siempre llama dos veces, de J. M. Cain, pudo demostrar que su cine se destacaba del tono acomodado característico de la época. Definida por algunos críticos como la antesala del neorrealismo, esta película se sirve de un triángulo amoroso para articular una trágica historia de hombres y mujeres en situaciones reales y en escenarios naturales.

La gran particularidad del cine de Visconti fue la de llevar impreso una estética y un refinado gusto muy bien integrado con la realidad que trataba de representar. En La tierra tiembla (La terra trema, 1948), una de sus mejores obras, pudo hacer alarde de este interesante sentido estético, además de inscribir en su argumento toda la carga ideológica del progresismo que abanderaba. En el film trasciende, mediante la tragedia de un pescador rebelde que pierde sus pocos bienes, la idea de fondo de la necesidad de revolución colectiva para abanderar los cambios sociales. En él, Visconti dirige férreamente a auténticos pescadores sicilianos.


Crítico Cronista de la Sociedad

En El Gatopardo (1963) y Senso (1954), películas de reflexión sobre la belleza y de búsqueda de la estética, Visconti aplica su poder analítico a las revisiones históricas y a la descomposición de la aristocracia, otro de sus grandes motivos temáticos, también impreso en La caída de los dioses (1969).

En ocasiones, el tono culto de sus planteamientos revisionistas terminaba por ofrecer resultados ambiguos o crípticos para el gran público, por lo que Visconti no dejó nunca de cultivar asuntos más populares. Así nacieron películas como Rocco y sus hermanos (1960), emotiva película sobre las dificultades de adaptación de una familia campesina al ritmo industrial de la gran ciudad. Con un tono melodramático muy acusado, el film ahonda con tono amargo en la descomposición del núcleo familiar. Sus crudas escenas, como la pelea entre los dos hermanos (Rocco y Simone) o el asesinato de la prostituta, provocaron que su estreno fuese acompañado de polémica.

Últimas Producciones

Su etapa final estuvo marcada por la afinidad con la literatura alemana del siglo XIX, con títulos como La caída de los dioses (1969), Muerte en Venecia (1970), película sobre la creación artística y la atracción física, llena de símbolos sobre la contemplación de la belleza y la muerte, y Ludwig (1973). En ellas siguió imprimiendo Visconti los temas que más le afectaban, pero siempre con el mismo sentido crítico y comprometido que en el resto de su obra.