Con la caída del fascismo, el cine italiano inicia una nueva
era libre de la censura oficial a la que había estado sometido.
Entre los autores rebeldes y personales, destaca Luchino
Visconti que inicia su obra con Ossessione
(1942), una película que va contra la corriente retórica
e insustancial del cine oficial. Se trata de una adaptación
libre de la novela negra de James Cain El cartero llamó
dos veces, de la que Hollywood hará su propia versión
en el 46 con Lana Turner como protagonista y en los años
ochenta con Jack Nicholson y Jessica Lange. El retrato que hace
Visconti de ambientes vulgares habitados por gentes comunes, rodados
en los propios escenarios naturales, dota a esta obra de una veracidad
que choca con todos los tabúes establecidos, por lo que será
prohibida por la censura.
En 1943, el director
Vittorio De Sica, realiza I bambini
ci guardano, retrato de un drama familiar visto a través
de la sensibilidad de un niño y que se suma a la corriente
realista que va en contra del cine oficial.
El Neorealismo |
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El neorrealismo se incia en 1945,
cuando Roberto Rossellini realiza Roma,
città aperta, en la que narra los últimos días
de la ocupación alemana en Roma y de la lucha de la Resistencia,
acontecimientos tremendamente recientes retratados con el vigor
y la intensidad de un autor revolucionario que inaugura un movimiento
que aportará a la historia del cine algunas de sus más
grandes obras.
Este movimiento será el resultado
de la necesidad, reprimida durante tantos años, de retratar
la realidad de manera clara y directa. Será decisiva la influencia
del realimo ruso, del documental británico y de la obra realista
de Jean Renoir.
El neorrealismo es una búsqueda
de la objetividad documental y del retrato veraz de una temática
específica, la del individuo inserto en la colectividad,
para lo cual aplicará unos recursos estilísticos apropiados:
actores y escenarios naturales, ausencia de maquillajes, sobriedad
técnica, iluminación naturalista, abandono de estudios,
decorados y toda clase de artificios.
A su vez, dentro del neorrealismo
se dan diversas tendencias: el ala idealista que ve en el cine un
testimonio de la realidad, a la que se asocian nombres como Roberto
Rossellini y Vittorio De Sica, y tiene, como órgano de expresión,
a la Revista de Cine Italiano; y un ala marxista que postula el
realismo crítico, más allá del mero testimonio,
a la que pertenecen Luchino Visconti y la revista Cinema Nuovo.
En estos años surge una de
esas colaboraciones tan importantes en la historia del cine, la
del director De Sica y el guionista
Cesare Zavattini. Juntos componen la
ya citada I bambini ci guardano (1943),
y después, la trilogía sobre el drama de la vida diaria
en Italia, Limpiabotas (1946), Ladrón
de bicicletas (1948) y Umberto D
(1951), y la farsa en clave poética Milagro
en Milán (1951) .
Según los estudiosos, Rossellini
busca provocar a través de su cine la indignación
del público; Visconti, pretende
despertar su intelecto; y las obras de De
Sica y Zavattini, tienden a
provocar sentimientos de compasión y ternura en el espectador.
El impacto internacional del neorrealimo
será tal, que su influencia se hará sentir en las
cinematografías de todo el mundo. Provocará también
cambios en los procesos de producción y en los rodajes, que
comienzan a abandonar los estudios para instalarse en exteriores
e interiores naturales.
El cine neorrealista no da una imagen
radiante ni optimista de Italia, por ello, una vez superada la euforia
antifascista de los años de postguerra, el gobierno refuerza
la censura. Así aparece la comedieta neorrealista, también
llamada "neorrealismo rosa", que utilizando elementos
formales del movimiento, compone una serie de piezas que reflejan
la alegría del pueblo italiano.
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