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Jean RenoirLa regla del juego Boudu salvado de las aguas. 1935 Una partie de campagne El crimen de Monsieur Lange La gran ilusiónLa regla del juego El río

Hijo del pintor impresionista Auguste Renoir, Jean Renoir entra en el cine en el período mudo, con películas como Nana (1926), adaptación de la novela de Emile Zola, Charleston (1927) y La cerillerita (La petite marchande d'allumettes, 1928), inspirada en un cuento de Andersen. Con estas obras, el autor se inscribe, ya desde los comienzos, dentro de la gran tradición del realismo francés, aunque en esta primera etapa se deja entrever una cierta influencia vanguardista.

Renoir rueda a los actores en su ambiente, sin trucos ni técnicas de estudio, con una maravillosa sensibilidad para la realidad física de los objetos y su medio. Su estilo, de apariencia neutral, es como una energía interna en la narración que actúa y organiza todos los elementos sin alterarlos. Su mirada selecciona y compone la realidad sin transformarla.

Renoir utiliza antes que Welles lentes que mantienen en foco a los objetos en profundidad, y utiliza la puesta en escena para seguir a los personajes con tomas largas, cambiando el cuadro, consiguiendo una unidad de espacio y de acción y también una ambigüedad rica en significados.

Etapa de Plenitud

Con la llegada del sonoro, la obra de Renoir alcanza su plenitud expresiva: a través de sus rigurosos retratos sociales, de tipos y de ambientes sórdidos, en La golfa (La chienne, 1931); de las zonas rurales francesas, en Toni (1934); del universo nostálgico y hedonista de la burguesía francesa, en Une partie de campagne (1936), pieza en la que, además, rinde homenaje a la obra pictórica de su padre.

Dentro de la filosofía del recientemente formado Frente Popular se inscriben sus obras El crimen de monsieur Lange (Le crime de monsieur Lange, 1935) y el documental de propaganda del Partido Comunista La vie est à nous (1936). Esta línea de compromiso social, aunque desde una perspectiva más idealista, destaca en el alegato pacifista La gran ilusión (La grande illusion, 1937).

Antes de iniciar su exilio estadounidense, realiza la más original de sus películas, La regla del juego (La règle du jeu, 1939), que retrata, en clave de vodevil, el mundo de las apariencias que rige las más altas capas de la sociedad francesa. La película no será comprendida en su momento y supondrá un completo fracaso comercial.

Etapa Americana

En Hollywood realizará, durante los años 40, cinco películas, tres de ellas para los grandes estudios. Sin embargo, las obras de este período que reflejan la personalidad del autor de manera más viva son sus producciones independientes:El hombre del sur (The southerner, 1945), retrato de la miseria de los trabajadores agrícolas, cuya exhibición será prohibida en todos los Estados sureños, y Memorias de una doncella (Diary of a Chambermaid, 1946).

Etapa Final

De vuelta en Europa, su siguiente película, El río (The river, 1950), será un relato pausado y reflexivo, rodado en la India, con el que el autor abandonará definitivamente el carácter combativo de su obra anterior. A esta última etapa corresponden obras románticas y hedonistas, como French-Cancan (1954) y Elena y los hombres (Eléna et les hommes, 1956), y ejercicios de experimentación, como La carroza de oro (La carrozza d'oro, 1952) y Comida sobre la hierba (Le déjeneur sur l'herbe, 1959).